jueves, 28 de octubre de 2010

Hasta la victoria!

Hace dos días, antes de entrar a trabajar, estábamos sentados con mi marido en un banco cercano a mi trabajo y él me dijo que sentía que algo pasaría, que era como el momento justo antes de la tormenta. Le dije que estaba loco pero, lo cierto es que, yo también lo sentía. Ayer, al irse la censista luego de tirarnos la peor bomba ever, me di cuenta de qué era lo que ambos presentíamos.
La muerte de NK me/nos pegó en lo más profundo. Creo que aún después de haber estado en la plaza anoche y ver incontables tapas de diarios, no logro creerlo. No sé por dónde empezar a describir lo que siento. A riesgo de dispersarme, ya que hablo desde la incredulidad, voy a optar por agradecer. Agradecer por haber logrado que los jóvenes que antes eran ajenos a todo tipo de militancia ahora sepan encabezar luchas y tomas de colegios de tamaña convocatoria con el fin de ejercer sus derechos y pasarle el trapo a cerdos golpistas como el Feinmann de c5n o nosotros mismos pasarle el trapo al caníbal FMI y finalmente dejar de ser sus perras carcelarias. Por darnos la oportunidad de incluir a todos, no solo como sociedad, sino también como personas; de ser independientes económicamente como asi también ideológicamente. Por imponernos finalmente ante los malditos sectores golpistas de siempre y bajarle línea a buitres como Biolcati o Magneto que tantos muertos se cargaron. Por lograr que podamos ver que nuestros seres queridos, sin importar sus preferencias sexuales, puedan casarse y tener los mismos derechos que todas y todos. Por dejarnos EL modelo a continuar y poner ante todo nuestra libertad, porque todo lo demás, es secundario. Por darles una oportunidad a los que trabajaron toda su vida de poder tener una jubilación digna. Por darnos una ley de medios a los que queremos diversidad y no queremos ver a Tinelli lamiendo conejas en todos los canales. Por ser, como él bien dijo, hijo de las Madres y compañero de los Desparecidos y arremetir contra los infames genocidas. Por tanto, realmente, por tanto, TANTO que no sé si seguir enumerando porque seguramente luego voy a leer esta entrada y a enojarme porque me acuerdo de muchas cosas más pero, creo que el punto está bastante claro y mi posición más aún entonces pasaré directamente a mi conclusión.
El censo de ayer era para saber cuántos somos, ahora es la oportunidad de ver quiénes somos, para lo que vamos a tener que demostrar fortaleza ante todo, aferrarnos a nuestros ideales y, recordarles a los gorilas, como bien dijeron ayer, que si la tocan a Cristina, no tienen idea del quilombo que se va a armar.
Hasta la victoria, compañero!







martes, 26 de octubre de 2010

No todo censo es político.

Como previamente comenté, soy una ferviente participante de los foros del diario Lanacion.com. Si me conocen se preguntarán qué tipo de lobotomía me hicieron y, debo adelantar que, ninguna. Empecé leyendo las opiniones del foro con la curiosidad que una tiene cuando ve gorilas en el zoo ( nunca mejor dicho ) y un cocktail de impotencia y hambre de objetividad me llevaron a registrarme para poder opinar en ellos. Debo admitir que la elección de mi nick no fue la más oportuna, ser "la_perseguidora" como un claro homenaje al personaje de Cortázar me costó numerosos insultos en los que además de "montonera de mierda, espero que te explote una bomba en las manos" me dijeron que mi nick evidenciaba la clara posición del gobierno respecto a sus opositores. Debí haberlo sabido, nadie reconocería el verdadero objeto del nick, que buscaba aludir a la persecusión de los ideales, ya sean personales o políticos ( aunque, pensándolo bien, los ideales políticos también son personales en algún punto ). En un principio pensé que no serían tan intolerantes pero, ilusa yo, me equivoqué ferozmente.
Aún censurada, insultada y amanezada de muerte por unos rapaces "valientes" cibernéticos, seguí opinando en el foro hasta que,  hace unos días, algo me llamó poderosamente la atención. En menos de tres semanas, LNol publicó cinco notas dedicadas a la GRAVE inseguridad de la que seríamos parte si le abrimos la puerta al censista. Está de más aclarar que ese nido de gorilas adhirió completamente a la iniciativa ( come on, hay algo más estúpido que boicotear un censo que es para todos? ) rasgándose las vestiduras al grito de 'No le abriré la puerta al censista' ya sea porque desconfian de los datos del Indec, porque no quieren ser asaltados o porque fantasean que entrarán a sus casas al mejor estilo "La naranja mecánica"´a abusar de toda la familia. LNol, viendo que tenía un numeroso público perteneciente a la tan fragmentada oposición famélica de argumentos, insistió hasta el hartazgo con estas "notas" fomentando la no-adhesión al censo,por supuesto y mediante esos recursos tan democráticos que suelen utilizar, cumpliendo su cometido.
En mi opinión, esta inciativa es inaudita. Tanto terror le tienen a un docente con un bolsito, una credencial y planillas? Tienen la posibilidad de atenderlos en el hall o detrás de rejas si es que la paranoia los abruma. Temen que sus datos sean utilizados por ladrones-violadores-narcos-vendedoresdeorganos? Entonces déjenme preguntarles cuántos de ustedes tienen Facebook y recordarles que los datos de dicha red social se filtran. No soportan que los datos sean procesados por el Indec porque creen que serán tergiversados? Participen para que dichos datos sean reales, aunque sea a modo de protesta. No hay argumento digno de debate, la participación es obligatoria y, a riesgo de ponerme dictatorial, es un deber cívico.
Más allá del debate en sí, es interesante ver los efectos que tienen este tipo de iniciativas a nivel social. Me recuerda al infantil "No te escucho, soy de palo, tengo orejas de pescado" donde nada de lo que diga o haga el otro jamás va a estar bien o va a servir para algo. Se oponen por el simple arte de oponerse. No tienen argumentos y se limitan a leer los zócalos de TN y repetirlos cual esquizo. Me asombra el numeroso público ciego que hay, realmente me asombra. Todos los días cuando opino en dicho foro, me imagino cómo serán las personas que allí postean, de qué trabajaran y qué tipo de opiniones tendrán en el día a día. Supongo que me los imagino un poco como mis vecinos, quienes tienen una obsesión desmedida por separar toda la basura del edificio para que ( textualmente ) "los negros de mierda que cartonean por la cuadra no tiren toda la basura cuando revuelven y hagan parecer una villa la puerta del edificio". A veces es difícil mantener cierto comportamiento social cuando a una le dicen este tipo de cosas pero, aun asi, se ve todos los días y cuando imagino quiénes serán estos gorilas audaces, se me vienen a la cabeza frases como esta. Me indigno, desmedidamente pero también en algún punto me da cierto placer retorcido porque, pienso, si mi nuestra oposición es esa, la que muere por una superioridad social a todo costo y su más compleja opinión es reclamar que la Presidenta deje de twittear y vaya a comprar a Chanel porque es lo que mejor sabe hacer, ya es una batalla ganada. Me recuerda a cuando en el ranchito high, piojos resucitados menemistas querían discutir conmigo y no hacían más que reafirmar que al único que se deben es al ridículo. No se, no me pregunten por qué, pero juro que me encanta. Me encanta que mis "enemigos naturales" sea gente que ve a Tinelli o que es capaz de matar si se queda sin Fibertel. Vamos, a quién no?

martes, 19 de octubre de 2010

Swall it down, pretend.

  Me enerva la hipocresía. No la soporto en ningún ámbito de mi vida y, sin embargo, siento que es muy difícil deshacerse de ella.
  Creo que mi pequeña fobia social reside en el egoísmo del acto hipócrita en sí, uno quiere generar cierta empatía para agradar y, saben qué? a mi no me interesa para nada agradarle a la gente. No es un intento de rebelión al estilo Courtney Love sino un intento de sanidad al estilo "El perseguidor" de Cortázar.
Siempre fui una mina solitaria, de esas que pueden estar un día sin hablar si están inmersas en el libro de turno o la que en vez de tirarle bollos de papel como una bárbara a sus profesores se quedaba en el pasto leyendo a Camus. No necesito que un séquito de personas me escuchen o me hagan reir. Simplemente no lo necesito. Así como en el trabajo no necesito llegar y saludar a todos con entusiasmo, reniego a diario con esa típica parodia social en la que uno simula hasta el hastío que alguien le cae bien.
  Es increíble ver como nadie se dice las cosas de frente, como nadie grita que algo le molesta y se dejan pisotear, se dejan engañar por medios nefastos y promesas banales. Y de ese modo la hipocresía sigue ganando su cometido, te reprime, te deshace, empuja todos tus sueños, miedos y verdades hasta el fondo, como te empujan los salvajes que suben al subte en la hora pico de una mañana de lunes.
  No sé, no me gusta, no me gusta nada pensar que paso el día fingiendo y que vivo una mentira, insignificante, pero mentira al fin. Tengo esa loca teoría en la que si la premisa en las relaciones humanas y en las creencias ideológicas está relacionada a una mentira o a una exageración nada es real. Nada, absolutamente nada tiene uno en común con quién tiene enfrente. Sí, es polite. Sí, te hace reir pero, sin embargo, no hay nada que una dos personas con ideas erróneas de quiénes son.
  En mi caso particular, supe fingir en uno de mis momentos de locura. Fingir que estaba bien, fingir que nada pasaba y que podía seguir mi vida con normalidad pero lo cierto es que nunca fue así. Me engañé a mi misma de una manera aberrante y eso terminó de convencerme de que hay gente que puede fingir, que puede entrar en redes sociales, fingir que todos-somos-amigos, crear lazos de amistad-o-muerte con gente que recién conocen y hay gente, como la que escribe, que no, que no es más feliz por tener más amigos en Facebook o pensar/saber que a todos en la oficina le agrada.
  Honestamente, me indigna. Me indigna que no tengan la sinceridad consigo mismos para mandar a todo y a todos a la mierda, que mantengan apariencias netamente hipócritas por miedo a no agradar, a ser si mismos y no ser aceptados.
 Será que me agarró angustia pre-cumpleañera? Intolerancia aguda? Sinceridad kamikaze?

martes, 12 de octubre de 2010

Capitalism sucks

Hoy, cuando ya creía que carecia de capacidad de asombro, el fanatismo materialista volvió a darme otra sorpresa.
A ver, contextualicemos: martes, 8:30am, andén lleno, subte próximo a la estación y un imbécil digno de parodia Holywoodense. Al imbécil en cuestión se le cae su Iphone y no tiene mejor idea que arrojarse a las vías del subte a recuperarlo. Y yo me pregunto, acaso soy la única maldita hippie que cree que es el apogeo de la incoherencia arriesgar la vida por un maldito Iphone?!
Diariamente opino en los foros de Lanacion.com y me sorprendo de la cantidad de quejas que hay sobre la 'ola' de inseguridad y, más allá de que los medios opositores sean más que insistentes en el negativo impacto de la misma, yo, personalmente, no creo real la magnitud que se le adjudica y tampoco así en la famosa "Tolerancia cero" del nefasto Giuliani para terminar con ella. Seré una soñadora, una inconsciente, una ingenua, una zurda pero simplemente no puedo concebir la idea de poner al Estado en el rol de sicario para con sus ciudadanos ( delincuentes,pero ciudadanos al fin ). Al contrario, sí creo en un Estado de derecho que promueva la educación y garantice la de sus ciudadanos destacando el conocimiento por sobre todas las cosas y no el banal materialismo que, ya estoy llegando a mi punto, no hace más que resentir y polarizar la sociedad dejando por un lado a los que pueden poseer y por el otro a los que no. Hemos llegado al punto en el que somos capaces de arriesgar la vida por un Iphone, ya sea en las vías del subte o durante un robo? Cuál es nuestro problema?
Opinar de este modo ha hecho que me traten de 'montonera tira bombas' y  'zurda de mierda' pero, lo cierto es que no creo que haya que ser una 'montonera tira bombas' para darse cuenta de la gravedad del cocktail de tergiversación de información por parte del periodismo opositor que historicamente rinde y rindió cuentas a las grandes corporaciones con el objeto de desestabilizar en demasía y adquirir desmedido poder + materialismo enfermizo. Nada bueno puede salir de ello y, de hecho, no lo está haciendo.
Como toda adolescente, en su momento, supe entregarme al capitalismo más banal pero hoy por hoy no me interesa en lo más mínimo porque, simplemente, estoy HARTA de ver gente intentando pertenecer y compensar defectos con celulares de última moda o Ipad(s).
Estoy loca o realmente está bien que les tenga tanta lástima?